13/4/15

Estrategias razonables para mejorar la dieta infantil 13-04-2015

 
Estrategias razonables para mejorar la dieta infantil

«No está claro cuál es la dieta óptima para reducir la ingesta de calorías de forma segura y efectiva en niños», recuerda la investigadora Rebecca Gehling, en un trabajo que se acaba de publicar en la revista Journal of Paediatric Child Health. La grasa es el factor determinante en la aportación energética, por lo cual la estrategia más lógica debería ir en ese sentido: reducir la grasa.
Gehling, del Departamento de Nutrición de la Universidad de Flinders (Australia), ha dirigido una investigación en la que se ha comparado la dieta real de niños de 6 a 9 años. El estudio parte de los datos recogidos en 1995 en la Encuesta Nacional de Nutrición australiana, que recoge la realidad dietética de los diferentes grupos de población de ese país.

Según los datos de la encuesta, el 37% de los niños de 6 a 9 años australianos participantes en aquella encuesta adquieren de las grasas más del 35% de la energía de su dieta diaria. De ellos, un 43% ingieren más del 15% de energía en forma de grasa saturada. Estas cifras superan la recomendación de las autoridades sanitarias, según la cual entre un 25% y un 30% de la energía ingerida debe provenir de las grasas y no más de un 10% debe ser de grasas saturadas.

Más grasa y energía, menos comida


El grupo de alto consumo de grasas no come más sino que consume 140 gramos menos que el grupo de bajo consumo de grasas


Los investigadores han identificado dos tendencias o grupos. Un primero es el de alto consumo de grasas, un grupo con una tendencia «de riesgo» que ingiere entre el 35% y el 45% de la energía en forma de grasa. El segundo es el de bajo consumo en grasa, que ingiere entre el 23% y el 27% de su energía en forma de grasas. El estudio no establece diferencias de peso ni altura entre ambos grupos, porque el objetivo no es hallar relaciones de causa-efecto, sino comparar patrones alimentarios. Si se identifican los alimentos que marcan esa diferencia, afirma el equipo, será más fácil elaborar unas recomendaciones para las familias.

¿Qué difiere entre ambos grupos? Lo primero, y ciertamente llamativo, es que el grupo de alto consumo de grasas no come más. Al contrario: consume 1.570 gramos diarios de comida, 140 gramos menos que el grupo de bajo consumo de grasas (con 1.711 gramos) y sin embargo ingieren 1.100 kilojulios más de energía. Más diferencias. El grupo de alto consumo en grasas («alto en grasas» para abreviar) consume menos vitamina C, aunque más fósforo y más calcio que el grupo «bajo en grasas». Este último, en cambio, tiene un consumo de calcio demasiado bajo (hasta el 74% de ellos no llega a la cantidad diaria recomendada de calcio).

Por grupos de alimentos, el consumo de lácteos, alimentos con cereales y barritas de snacks es más elevado en el grupo «alto en grasas». En cambio, este mismo grupo consume menos cantidad de pan, cereales, frutas, refrescos y zumos. No se han hallado más diferencias significativas, excepto el hecho de que el grupo «alto en grasas» obtiene hasta tres veces más energía de vegetales (lo que incluye verdura, pero también platos como patatas fritas caseras o coliflor con queso, cuyo principal componente es vegetal), así como de carne y similares (pollo, pescado, salchichas y huevos, entre otros).

Las recomendaciones, dicen los investigadores, deberían apuntar a esos grupos de alimentos. Así, aconsejan, entre otras cosas, la reducción de productos lácteos (el helado y el queso una vez cada tres días; los otros días optar por yogures y buscar opciones con menos grasa), limitar el zumo a 150 mL al día, incentivar el consumo de agua, reemplazar los snacks de cereales por pan, cereales o fruta y cambiar, en los platos cocinados, las patatas fritas caseras por patatas cocidas o hervidas. Tan sólo con reducir los alimentos basados en cereales (snacks), cambiar a lácteos con menos grasa y poniendo el agua como bebida prioritaria, se puede conseguir, afirman, el mayor impacto en la reducción de ingesta de grasa y energía.

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