18/3/17

Pequeños cambios para una dieta sana [18-3-17]


Pequeños cambios para una dieta sana

La comida moderna contiene demasiados alimentos refinados desprovistos de nutrientes, lo que repercute en nuestra salud en forma de fatiga, migraña, dolor de estómago y un largo etcétera de pequeños y grandes achaques. Puesto que siempre nos falta tiempo, nuestra alimentación incluye pocos alimentos recién preparados, como verduras, frutas o cereales integrales. Cambiar de hábitos alimentarios no tiene por qué ser un proceso arduo o aburrido y, en cambio, supone una progresiva mejora para la salud. Comer es un placer y es importante disfrutar de la comida. Sobre todo, no hay que obsesionarse contando calorías o pensando lo que se puede o no comer. Cuando empezamos a introducir alimentos con mayor contenido de vitaminas, minerales, fibra y grasas saludables empezamos, de forma natural, a comer menos. Observamos que el cuerpo responde ante los alimentos menos sanos y, casi inconscientemente, empezamos a rechazarlos, algo que nos beneficia.

Cada persona necesita una cantidad diferente de proteínas e hidratos de carbono, que varía en función del estilo de vida y la actividad física. Pero algo que todos tenemos en común es que las combinaciones de alimentos más simples nos resultan más fáciles de digerir. Si combinamos muchos tipos de alimentos diferentes en una misma comida, el cuerpo tiene que trabajar más.

Hay que evitar todos los refinados. El azúcar de cualquier tipo es un producto refinado y provoca muchos problemas, sobre todo cuando se toma con asiduidad. Otro gran problema de la dieta moderna es el consumo excesivo de trigo refinado. La dieta debería componerse sobre todo de gran variedad de verduras y frutas, grandes fuentes de vitaminas y minerales, en especial si son ecológicas. Por lo general, los alimentos crudos suelen aportar más vitaminas y minerales que los cocinados puesto que, con la cocción, se elimina un importante porcentaje del aporte vitamínico.

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