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8/6/17

Claves sobre alimentación durante embarazo y lactancia

Claves sobre alimentación durante embarazo y lactancia


La alimentación durante el embarazo y la lactancia es fundamental, un asunto de gran responsabilidad para la gestante porque influye de manera directa en el desarrollo físico y mental del bebé. De la mano de una experta en nutrición, ofrecemos consejos básicos de alimentación, precauciones que se deben tener con las comidas y cómo reducir los típicos síntomas del embarazo como las naúseas o el reflujo

efesalud.com

La especialista en salud y nutrición de Nestlé, Anabel Aragón, trata esta semana en “El Bisturí” la alimentación en el embarazo y la lactancia; y asegura que no es tan diferente como a la dieta general, “únicamente hay que tomar nutrientes concretos y aplicar medidas de seguridad alimentaria adicionales”.

“La embarazada o lactante no necesita comer por dos, como mucha gente piensa. Tampoco es necesario una alimentación súper especial o restrictiva, ni tampoco suplementos multinutrientes, ni alimentos exóticos con propiedades especiales”, comenta.

Afirma que los profesionales de la salud, como los ginecólogos o nutricionistas, darán las recomendaciones específicas sobre el aporte de energía y los nutrientes necesarios para “cubrir las necesidades del feto, afrontar el parto de un modo óptimo y preparar al organismo para la lactancia”.


Nutrición y peso

  • El incremento de las kilocalorías que se toman, se produce en el segundo y tercer trimestre, no desde el inicio. El consumo excesivo, supondría un incremento innecesario de peso y eso no favorece ni a la madre ni al bebé.
  • No hay que obsesionarse con el peso, es más importante el de antes del embarazo que durante. Las ganancias de kilos durante la gestación se deben individualizar dependiendo del peso inicial que teníamos.
  • En embarazadas con sobrepeso u obesas, no recomiendan dietas restrictivas, pero si deben tener una reconducción dietética para cambiar sus hábitos hacia una alimentación saludable. En estos casos, deben ganar menos peso durante el embarazo que en una mujer con peso normal.
  • En la lactancia, la mujer se recupera de los kilos del embarazo con un plan de alimentación saludable, de al menos 6 meses de duración, que puede mantenerlo, si puede, hasta el año.


¿Necesidades de grasas, hidratos de carbono o proteínas?

La especialista en nutrición sostiene que las necesidades grasas “son muy similares al resto de mujeres”, pero que la clave es “la suplementación de ácido fólico en cuanto a vitaminas y minerales”. Añade además, que en aquellas embarazadas con ingestas inadecuadas deben tomar “vitaminas A y D, calcio, hierro y Zinc“.

“Si toman suplementos de hierro y calcio, lo deben hacer al menos con 2 horas de intervalo para que no interfieran en la absorción. En cuanto a la suplementación con yodo, existen controversias, ya que con el consumo de la sal yodada y lácteos, sería suficiente para cubrir las necesidades diarias, aunque lo debe valorar el profesional sanitario”, advierte Anabel Aragón.

Las gestantes deben comer una amplia gama de alimentos, sobre todo los de origen vegetal como frutas, hortalizas, cereales integrales, frutos secos y legumbres. Otros de origen animal como lácteos, pescado, carne, huevo, preferentemente bajos en sal y grasas. Y el agua, debe ser la base de nuestra bebida.

En cuanto a llevar una dieta vegetariana en este estado, la especialista dicta que “debe estar muy bien planificada” para que cubra todas las necesidades energéticas y los nutrientes necesarios. Y si se opta por una alimentación vegana “siempre se debe suplementar con vitamina B12, además de los nutrientes que recete el médico”.


Consejos de alimentación embarazo y lactancia
  • Planificar la alimentación semanal
  • Tomar las 5 raciones diarias de frutas y hortalizas
  • Elegir carnes magras y desgrasadas
  • Usar técnicas culinarias suaves
  • Evitar carnes grasas y embutidos
  • No beber alcohol
  • Que el agua sea nuestra bebida principal


Precauciones alimentarias
  • Las algas son muy altas en yodo y no hay que consumirlas en el embarazo porque puede haber riesgo de hipotiroidismo por exceso de yodo.
  • Las hortalizas que se consuman en crudo, deben desinfectarse antes: remojar durante 3 minutos en agua clorada y aclarar con abundante agua corriente. Esto también es aplicable a las frutas que se consumen crudas con piel.
  • Los lácteos crudos, debemos asegurarnos que hayan sido esterilizados o pasteurizados. Se aplica a los quesos, ya que algunos se elaboran con leche cruda.
  • Las preparaciones en crudo o poco cocinadas están totalmente desaconsejadas cuando se trata de huevos, mariscos, carnes o sus derivados.
  • Evitar la mayonesa con huevo crudo.
  • No comer embutidos, aunque el riesgo se reduce si previamente se han congelado a -25º durante un mínimo de 10 días.
  • Evitar vísceras y sus derivados como los patés.
  • Intentar no comer pescados azules de gran tamaño por el riesgo de mercurio.
  • No consumir mariscos sobre todo cabezas de gambas o langostinos, por riesgo de cadmio.


Cómo reducir los síntomas del embarazo


Náuseas

Si las nauseas son severas, hay que controlar el riesgo de deshidratación, y esto se debe a la “hipersensibilidad olfativa y gustativa“, muy típica en este estado.

“Los alimentos fríos son menos aromáticos que los calientes. Los alimentos hervidos o al vapor, desprenden menos olor que los fritos o asados. También ayuda el racionar la comida en pequeñas tomas, cada 2 o 3 horas, y que los líquidos ácidos como la limonada, puede ser mejor tolerada que el agua”, afirma la experta.


Reflujo

Otro problema común son los reflujos o ardores, para ello recomienda:
  • Fraccionar las comidas cada 2 o 3 horas con raciones pequeñas
  • Evitar alimentos muy grasos
  • No acostarse hasta una hora después de haber comido
  • Elevar la cabecera de la cama unos 15 centímetros


Estreñimiento

También es bastante común, por la presión que ejerce el feto. La especialista en nutrición recomienda mantener una vida activa, beber mucha agua durante el día y consumir las hortalizas, frutas y verduras diarias recomendadas.

23/2/17

Nutrición en la nueva madre [23-2-17]


Nutrición en la nueva madre

La nutrición es la ingesta de alimentos en relación con las necesidades dietéticas del organismo. Su calidad es determinante para el óptimo funcionamiento y salud de nuestro cuerpo.

Los aspectos básicos de una dieta son los mismos sin importar el grupo etario; sin embargo, las necesidades nutrimentales de cada individuo cambian de acuerdo con la edad, condición fisiológica y/o enfermedad subyacente.

En el caso la mujer, el embarazo es una de las etapas en las cuales se producen una serie de cambios fisiológicos que obligan a prestar mayor atención a la dieta, no se puede caer en ninguno de los dos extremos, por un lado la desnutrición materna, tanto pregestacional (antes del embarazo) como gestacional (durante el embarazo) simboliza graves consecuencias para el neonato, debido a la elevada incidencia de peso bajo al nacer, infertilidad, abortos espontáneos, incrementa la mortalidad, retraso o detención del crecimiento entre otros. De igual manera, una madre con una obesidad desarrollada previo al embarazo, o durante la gestación aumenta los riesgos de muerte prematura, alteraciones en el trabajo de parto, así como hipertensión arterial, preclampsia, diabetes, triglicéridos y colesterol elevados.

Controlar la alimentación en el embarazo no quiere decir limitarla exageradamente para no perder la figura, o hacerlo en exceso, “comer por dos personas”, con la intención de obtener un buen desarrollo del feto. No hay duda de que es indispensable que se origine un aumento del peso corporal, pero este debe venir en función de lo requerido, sin excesos ni carencias. El incremento ponderal óptimo se relaciona con un crecimiento fetal adecuado. 11,5 -16 kg para una mujer cuyo condición nutricional sea normal, 12,4 a 18 kg si la madre está desnutrida y de 7-11,5 si la gestante padece de una obesidad.

Los requerimientos energéticos durante el embarazo deben satisfacer las necesidades tanto de la madre como del producto de la gestación, esta energía proviene de nutrientes esenciales como carbohidratos y grasas, mientras que las proteínas forman tejidos y órganos. Durante los 9 meses de gestación se requieren aproximadamente 80.000 Kcal adicionales, divididas en 250 días que dura el embarazo, equivale a 320 cal /día después del primer trimestre.


Nutrientes esenciales:

Calcio: Se recomienda una ingesta de calcio de 1.200 mg/día. Su ingesta se puede cubrir con 4 raciones diarias de lácteos (leche, yogurt, queso o cuajada). Esta cantidad provee el  suficiente calcio, para lograr un desarrollo fetal normal, sin tener que utilizar las reservas óseas maternas.

Cereales integrales, leguminosas (granos) y vegetales verdes son otra importante fuente de calcio. Debe evitar el consumo de café, tabaco y alcohol, sustancias que interfieren en el metabolismo del calcio.

Hierro: En promedio, durante el segundo y tercer trimestres son necesarios cerca de 5,6 mg de hierro por día, es decir 4 veces más que en mujeres no embarazadas.

  1. Aporte de hierro dietario: ingesta de alimentos fuentes del mineral, que incluya alimentos facilitadores (fuentes de vitamina C y A) y evitar el consumo de alimentos inhibidores de su absorción (café, té, bebidas carbonatadas).
  2. Alimentos fortificados: como la harina de maíz precocida y otros, junto con el consumo de alimentos fortificados especiales para embarazadas.
  3. Suplementación: en las embarazadas, la norma recomienda para prevenir la deficiencia de hierro, sulfato ferroso a una dosis de 60 mg por día 2 veces por semana desde el inicio del embarazo.

Ácido fólico: Las principales fuentes alimentarias de ácido fólico son las vísceras, sobre todo hígado y riñón, carne de res o de ternera, huevos, vegetales, en especial los de hojas verdes (brócoli, espinaca, berros, vainitas, etcétera), leguminosas, cereales integrales, nueces y productos de trigo entero. El organismo aprovecha 50% del ácido fólico de los alimentos, en consecuencia, solo la mitad del folato en forma natural alcanza los tejidos. Es muy difícil cubrir el requerimiento solamente con alimentación. Las mujeres embarazadas deben suplementarse con 5mg diarios de ácido fólico.

Ejercicio y embarazo: Omitir el ejercicio es un error que cometen muchas mujeres al quedar en estado, perciben esta condición meramente fisiológica como una causa que limita su normal desenvolvimiento.

La actividad física, conocida como el conjunto de movimientos del cuerpo en el cual se obtiene como resultado un gasto de energía mayor, tiene resultados maravillosos durante la gestación. Mejora el estado de ánimo, disminuye dolores y molestias típicos del embarazo, prepara para el parto, mejora la resistencia, ejercita el corazón, mantiene el cuerpo flexible, controla el aumento de peso y acondiciona la musculatura sin que esto represente un esfuerzo exagerado. Caminar, bailar, nadar, hacer yoga y hasta ejercicios con pesas (baja intensidad) son disciplinas que significan grandes beneficios a la salud de la gestante y del feto.

Según The American Collage of Obtetricians and Gynecologists, las mujeres que practican alguna actividad física y se encuentran en buen estado físico antes de la gestación, pueden continuar con su práctica durante el embarazo sin riesgo alguno.

Recomendaciones nutricionales

  • Asegúrese de aportar la energía para satisfacer los requerimientos energéticos y nutrimentales diarios.
  • Se recomienda una alimentación equilibrada. En ningún caso siga dietas estrictas, regímenes desequilibrados. (Aunque la embarazada tenga sobrepeso u obesidad).
  • Fraccione el total de calorías a lo largo del día (4-5 tomas), con variedad de alimentos.
  • Utilice técnicas de cocción sanas y ligeras (hervido, vapor, plancha) evitando el exceso de grasas (fritura).
  • Ciertas vitaminas y minerales como ácido fólico, hierro, calcio, se incrementan durante el embarazo. Para cubrirlas, es necesario la suplementación exógena. (pastillas)
  • Una dieta saludable se basa fundamentalmente en aumentar el consumo de cereales integrales, frutas, verduras, tubérculos, hortalizas y legumbres, a la vez que se reducen los aceites y grasas de origen animal (embutido, carnes grasas, lácteos enteros).
  • Elimine el alcohol y cigarrillos.
  • Limite el consumo de cafeína máximo a 300 mg/día.
  • Evite el sedentarismo.
  • En lugar de azúcar opte por edulcorantes. La hoja de estevia es la mejor elección.
  • Evite preparaciones con mucha salsas o condimentos
  • Elimine los líquidos con las comidas, puede desencadenar vómitos.
  • Elimine alimentos que originan acidez, picantes, frituras, chocolate y cafeína.
  • Aumente el consumo de alimentos ricos en fibras.