Las frutas de la belleza
La fruta, dulce, jugosa y con notas sensuales, es una fuente de belleza inagotable que nutre, limpia y tonifica la piel. La mejor forma de beneficiarse de todas sus bondades es consumiéndola fresca, aunque sus propiedades también están presentes en las nuevas fórmulas cosméticas.
La fruta, utilizada como afrodisíaco en la corte francesa del siglo XVII y antes para combatir enfermedades, es el único alimento que aporta al organismo los mayores beneficios de manera directa, y a diferencia de otros productos ni uno sólo de sus componentes se destruye al consumirla fresca o cocinada.
El aguacate es la fruta que se considera más afrodisíaca hasta el punto de que el Rey Luis XV la llamaba "pera de amor"; San Juan Bautista se alimentaba en su retiro con fresas; la granada, en la antigua Grecia, era símbolo del amor y la fecundidad, y estaba consagrada a Afrodita, diosa del amor; y la frambuesa se emplea para mejorar el sabor de los preparados farmacéuticos.
LA NARANJA, UN POTENTE ANTIOXIDANTE
Los beneficios de la fruta son incalculables. Su aporte nutritivo está muy valorado, ya que en su composición cuenta con abundantes sales minerales, -calcio, sodio, potasio, fósforo, hierro-, los hidratos de carbono y vitaminas.
Naranja: el agua de su flor hidrata la piel a la par que la limpia y la tonifica. Esta fruta favorece el incremento de colágeno, responsable de la firmeza de la piel, al mismo tiempo que fomenta la buena cicatrización. Su alto contenido en vitamina C aumenta su poder antioxidante, retrasando el envejecimiento prematuro.
La ciruela es diurética y descongestiona el hígado; la mandarina, digestiva y tónica; la naranja va bien en los procesos gripales, y el plátano -un poderoso antidiarreico- es muy digestivo y se recomienda a los celíacos.
Y así se sirven del membrillo para combatir las arrugas faciales; de la fresa para aclarar, suavizar y nutrir la tez; de la uva como limpiadora; y del plátano como producto nutritivo y mineralizante, sobre todo para las pieles secas, agotadas y sin brillo.
El albaricoque es refrescante y limpiador, el mejor "peeling" natural; el limón, astringente, refrescante y aclarador, además de un buen tónico para la piel grasa; y el melocotón -suavizante y limpiador- es una excelente mascarilla para pieles fatigadas.
LA PIÑA COMBATE LA CELULITIS
Aguacate, coco, piña, papaya, mango o guayaba, frutas tropicales que contienen vitaminas, fibras y sales minerales, y su ingesta ayuda a reducir la grasa y el colesterol.
Estas frutas poseen una cantidad de agua cercana al 93 por ciento del peso total, muy ricas en ácido ascórbico, y con un alto contenido en carotenoides, pigmentos vegetales con capacidad antioxidante.
El caqui, la chirimoya o el kiwi son la fuente natural más concentrada en vitaminas, sales minerales, elementos fitoquímicos y fibras, sobre todo pectina y mucílagos.
El valor energético de esta clase de frutas está determinado por el contenido en hidratos de carbono simples -glucosa, sacarosa y fructosa-, aunque la proporción es diferente en función de las especies.
En cuanto a las vitaminas, las frutas tropicales son muy ricas en ácido ascórbico o vitamina C, hasta el extremo de ser la segunda fuente más importante después de los cítricos. Una vitamina presente en muchas cremas de belleza que aportan hidratación y luminosidad.
Papaya: su pulpa se utiliza en la preparación de diferentes mascarillas faciales, aptas para todo tipo de pieles y muy eficaz para eliminar las células muertas, además de ser fantástica para dietas de adelgazamiento.
Piña: es diurética, desintoxicante y muy nutritiva. Tiene propiedades que combaten la celulitis y depuran el organismo. Para mejorar las pieles con acné resulta fantástica el agua que se obtienen de cocer su piel.
Coco: ayuda a la mineralización de los huesos. Su pulpa triturada es un buen acondicionador para el cabello y su agua atenúa las arrugas e imperfecciones del cutis.
Entre las virtudes del kiwi se encuentran su poder laxante, mientras que el aguacate ayuda a frenar el colesterol y tonifica la visión y el sistema nervioso.
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