La grasa ingerida no debe proporcionar más del 35% de la energía total diaria
EFE / Madrid
La grasa ingerida no debe proporcionar más del 35 % de la energía total diaria, aunque en los menores de cuatro años podrá alcanzar hasta un 40 %.
Esta es una de las conclusiones del primer documento de consenso español sobre el consumo de grasas y su efecto en la salud cardiovascular, que ha sido suscrito por cuatro sociedades médicas nacionales y que recomienda priorizar la calidad de las grasas que consumimos por encima de la cantidad.
El documento, presentado hoy, señala que los ácidos grasos insaturados, presentes en alimentos como el aceite de oliva, de semillas o la margarina, deben ser la fuente principal de energía aportada por la grasa.
Por primera vez se desmitifica el consumo de grasa y se le da un valor añadido a su aporte energético, ha informado en un comunicado el Instituto Flora, que ha colaborado en el documento.
Según los expertos, los ácidos grasos saturados deben aportar menos del 10 % de las calorías diarias y el colesterol debe ser inferior a 300 miligramos.
Además, aconsejan reducir al máximo el consumo de ácidos grasos trans (1%), presentes en los aperitivos salados o la bollería industrial.
Para mejorar el perfil graso de la dieta, el documento señala que es preferible consumir pescado (mínimo dos veces por semana) y elegir carnes magras.
Los niños y las embarazadas deberían elevar el consumo de pescado hasta tres o cuatro ingestas a la semana, evitando aquellos con concentraciones elevadas de mercurio, como el atún grande o el pez espada.
Los expertos recomiendan, tanto para los adultos como para los niños con exceso de peso o dislipemias, el consumo de leche desnatada y sus derivados.
La leche de vaca entera sin modificar debe ingerirse a partir de los 12 meses y los neonatos que no reciban lactancia materna deberán ingerir fórmulas enriquecidas con ácidos grasos poliinsaturados.
Además, la preparación de las comidas debe ser sencilla (hervido, plancha, vapor, etc)
El documento destaca la necesidad de equilibrar la ingesta entre saturadas e insaturadas y aumentar el consumo de los omegas 3 y 6, que funcionan como reguladores metabólicos en los sistemas cardiovascular, pulmonar, inmune, secretor y reproductor.
El estudio presta especial atención a los niños y adolescentes, cuya alimentación no puede obviar los beneficios de una correcta ingesta de grasa.
Entre otros ejemplos, la calidad de ésta influye en la prevención de la aterosclerosis hasta conseguir una óptima agudeza visual y un mejor desarrollo cognitivo en niños prematuros y recién nacidos.
Han consensuado el documento la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación, la Sociedad Española de Arteriosclerosis, la Asociación Española de Pediatría/Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica y la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria.
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