4/8/08

Ni mucho ni poco: cómo encontrar el equilibrio a la hora de comer

Es importante corregir los excesos y deficiencias en nuestra dieta. Según qué alimentos se elijan, se está ayudando al cuerpo a depurar toxinas, quemar grasas y evacuar los deshechos o, por el contrario, se le está obligando a trabajar con elementos de bajo valor nutricional y alto poder congestionante, según recuerda el portal alimentación-sana.com.

Si nos alimentamos mal, comenzamos a tener deficiencias nutricionales, y los excesos hacen que ciertos residuos se peguen a las paredes del intestino obstruyéndolos, incluso. Al quedar pegado ya no hay absorción, nuestro organismo no recibe los nutrientes, nuestro cuerpo no se limpia, no se desintoxica. El 70 % de las enfermedades derivan de este proceso, por ello hay que encontrar el equilibrio al comer.

El equilibrio al comer

Ningún alimento aporta absolutamente todo lo que es necesario para la vida y la vitalidad, por lo que preconizan una alimentación variada. Aquí tenemos pues las grandes claves admitidas por todos: alimentación natural, mesurada y equilibrada. Fuera de estas nociones fundamentales, todos los sistemas supresitos o exclusivos son perjudiciales.

Un exceso de verduras produce enterocolitis y diarreas, debidas a la irritación de las mucosas por el “exceso celulósico”. Además, esta demasía celulósica puede ocasionar el adelgazamiento, al acelerar el tránsito y al retener en su trama sustancias nutritivas. Señalamos asimismo que en los casos de adelgazamiento con friolerismo, las verduras crudas no deben ser ingeridas al comienzo de las comidas, pues pueden provocar una contracción de las vías digestivas altas y un efecto inhibidor de las secreciones.

La insuficiencia de verduras, por el contrario, produce el estreñimiento por carencia celulósica. Esta escasez en verduras (sobre todo crudas) es también responsable de ciertas carencias de vitaminas, minerales, oligo-elementos.

El exceso de frutas produce en el normal-vital y sobre todo en el sub-vital el friolerismo, la fatigabilidad, la desmineralización, la desvitalización.

Por su parte, la insuficiencia de frutas produce, sobre todo en el hemogliásico, el linfogliáisco, el obeso, el congestivo, un aumento de la viscosidad humoral, la fragilidad vascular, arterial, venosa y capilar, pues los frutos, por sus ácidos cítricos, málico, tartárico, sórbico, etcétera, son fluidificantes humorales y por sus vitaminas P y C protectores de los vasos.

Un exceso de cereales conduce a la hiperviscosidad humoral (linfo y hemogliasis), a las fatigas digestivas, a las dermatosis y a los catarros.

La insuficiencia de cereales (alimentación crudivorista, frutarismo, especifismo) conduce al adelgazamiento y a la desvitalización por insuficiencia energética y por no-asimilación de las proteínas.

Un exceso de huevos y de queso produce un aumento de los lípidos, del colesterol, de los tri-glicéridos en la sangre, el ateroma y contribuye a la deficiencia hepatorenal y a las enfermedades articulares.

La insuficiencia de huevos y queso (vegetalismo, macrobiótica, frutarismo, vegetarismo mal equilibrado) produce la hipotonía general, la fragilidad ósea, las tendencias a la anemia, el friolerismo, la fatigabilidad, las dificultades sexuales y una irritabilidad del sistema cerebral, debida a las carencias, tomada equivocadamente por lucidez de espíritu.

El exceso de carne produce, sobre todo si se trata de carnes grasas, ateromas, agotamiento hepático; si se trata de un exceso de carnes no grasas, sobrevendrá la fatiga hepato-renal acompañada a veces de hipertensión. El exceso de carne produce también artrosis.

La ausencia de carne no parece provocar perturbación alguna si la alimentación está suficientemente provista de huevos y queso. Sin embargo, existen casos rarísimos en los que a pesar de los huevos y el queso en cantidad suficiente, el crecimiento de un niño se estanca y en los que el aporte de un poco de carne permite un crecimiento normal, pero, estos casos son excepciones.

En el caso del exceso de variedad en una misma comida , el equilibrio alimentario es bueno, la asimilación se efectúa muy bien, pero los mecanismos digestivos son puestos a ruda prueba y sobrevienen fermentaciones y putrefacciones excesivas. Sin embargo, si la alimentación muy variada es también mesurada, la asimilación será excelente y la digestión poco perturbada. No olvidemos que cuanto más se asocia mejor se asimila, pero peor se digiere.

La insuficiencia de variedad en una misma comida hace que la digestión sea excelente y exista disminución de las fermentaciones responsables del atascamiento humoro-celular por intoxicación. Pero la asimilación celular se hace defectuosa, lo que produce fatiga, hipotensión, tendencias anémicas, adelgazamiento importante, desvitalización profunda, impotencia completa o relativa, depresión física y psíquica. No olvidemos que cuanto más se disocia, mejor se digiere, pero menos se asimila.

La verdad: no existe un sistema exacto. Sólo las tres grandes claves son justas: no-desnaturalización, mesura y equilibrio.

Entonces, ¿qué hacer para desintoxicarse bien?

Sencillamente no suprimir ninguna categoría de alimentos, sino reducir cuantitativamente todas ellas. Como en la religión, donde sólo la palabra Amor consigue la unanimidad y es la verdad, en dietética, sólo las nociones de no-desnaturalización (alimentación natural), de mesura (alimentación mesurada), de equilibrio alimentario (alimentación equilibrada) consiguen la unanimidad y son las tres grandes verdades dietéticas.

Muchos enferman por ser complacientes por su apetito. No se debe comer nunca sin tener hambre, la sobriedad es una de las condiciones esenciales de buena salud.

Combinaciones correctas

Como buenas combinaciones recomendamos: comer proteínas y carbohidratos en comidas separadas, comer sólo una clase de proteínas en una comida, comer proteínas y ácidos en comidas separadas, comer grasas y proteínas en diferentes comidas; comer ácidos y almidones en comidas separadas, comer almidones y azúcares en comidas separadas, comer azúcares y proteínas en comidas separadas, comer los melones y sandías solos, eliminar los postres, no comer grasas de ningún tipo con alimentos proteicos, tomar un solo producto almidonado en la misma comida, tomar leche sola o no tomar.

No tomar ningún alimento que haya sido frito; enlatado; envinagrado; preservado; procesado; empaquetado; deshidratado; desmineralizado; desvitalizado; o que contenga colorantes aditivos o sabores artificiales.

Debemos evitar: el tragar sin masticar y sin ensalivar bien, el comer a todas horas por falsa sensación de apetito, el comer disgustado o con preocupaciones, el comer química y calorías vacías. La irregularidad en las comidas, el exceso de comida y el beber durante las comidas, las cenas abundantes, el ingerir alimentos calientes o fríos.

Todas las enfermedades están causadas por materias químicas. Todas las substancias químicas utilizadas por el organismo (con excepción del oxígeno que respiramos; del agua que bebemos y de los pensamientos que generamos) son extraídas de los alimentos.

http://www.elconfidencial.com/



Enviado por Dr. José Manuel Ferrer Guerra


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