23/12/15

Chocolate, un poderoso alimento de los dioses [23-12-15]


Chocolate, un poderoso alimento de los dioses  

Una historia con mucho sabor. Cristóbal Colón descubrió el chocolate frente a las costas de Honduras, pero el cacao comienza su auge con la llegada de Hernán Cortés a México. Los mayas y los aztecas ya lo consideraban "alimento de los dioses". Textos de Pilar Ferrer.

El descubrimiento del chocolate está muy ligado a las efemérides del Nuevo Mundo. Fue a principios del siglo XVI cuando el almirante Cristóbal Colón y su tripulación, anclados en la isla de Guanja, frente a las costas de Honduras, recibieron como presente de los nativos unas pequeñas nueces de forma ovalada y color marrón. Con ellas, los habitantes de estas islas elaboraban una bebida llamada "xocolat", de fuerte sabor y poder energizante.

Para conseguir esta bebida, se tostaba el fruto y después se molía. A la masa pastosa se le añadía agua, se calentaba la mezcla y se retiraba la manteca de cacao, que posteriormente se batía con harina de maíz para espesarla. A veces, se le sumaban también especias indígenas para dotarla de un sabor todavía más intenso.

Pero no es hasta la llegada de Hernán Cortés a México, en el año 1519, cuando podemos hablar del verdadero descubrimiento del cacao por parte de los españoles, que dieron a este fruto el nombre de "amígdala pecuniaria" o "almendra del dinero", ya que era usado también como moneda de cambio.

Los mayas, los primeros
Los mayas empezaron a cultivar el árbol del cacao hace más de dos mil años. En su cultura se le daba un gran valor a sus semillas, que se utilizaban como moneda y, gracias a sus cualidades nutritivas, como alimento.

La cultura azteca fue la continuadora de esta tradición. Para ellos, el cacao era un regalo de los dioses, recibido a través de Quetzalcoatl, su gran dios de la cultura y jardinero del paraíso.

Según la mitología azteca, Quetzalcoatl, al ser expulsado del paraíso, prometió a su pueblo que regresaría. Así, cuando Hernán Cortés apareció en las costas del Imperio, pensaron que era la reencarnación del dios. Moctezuma, el legendario emperador azteca, lo recibió como una divinidad y le ofreció un vaso de ese "alimento de los dioses" reservado a personas de alta posición social.

En cuanto a la expansión del chocolate, la versión más aceptada es que se introdujo en España a través de algunos monjes que viajaban en las expediciones de Hernán Cortés. Uno de ellos envió el cacao al abad del Monasterio de Piedra, en Zaragoza, donde se elaboró por vez primera en Europa.

Sin embargo, hubo que esperar casi un siglo hasta que se adaptó al paladar europeo, y empezó a endulzarse con miel y azúcar para dar origen a un sabor parecido al actual.

En España, por ejemplo, el chocolate alcanzó gran popularidad merced a que la Iglesia consideró que su consumo no rompía el ayuno y se adoptó como bebida oficial de los reyes y la corte española.

A principios del siglo XVII, las infantas españolas -en especial María Teresa, hija de Felipe V, que se casó con Luis XIV, rey de Francia (el Rey Sol)-, introdujeron la costumbre de tomar chocolate en la corte francesa, donde se instauró el chocolate más líquido que en España.

Así se extendió su consumo por toda Europa y se abrieron salones donde tomar chocolate era símbolo de distinción y elegancia.

Con leche y azúcar
A finales del siglo XVIII, se empieza a preparar con leche y azúcar, y las damas francesas ponen de moda los "bon bon", trocitos de chocolate para degustar a cualquier hora; es decir, los apetecidos bombones.

A partir del XIX se comienza a fabricar en tabletas, tal como lo conocemos hoy en día.

El procesamiento del cacao y su consumo es actualmente una de las industrias más potentes del mundo. La semilla pasa por una larga y cuidadosa transformación con métodos tradicionales que han perdurado a través de los siglos.

Los granos se tuestan y después se descascarillan y se muelen, obteniendo la aromática pasta de cacao. Después se prensan para extraer la manteca y las tortas restantes se muelen, dando lugar al cacao en polvo.

El chocolate se obtiene al mezclar la pasta con azúcar pulverizado y diversos aromas. Se refina la pasta resultante y se procede al conchado, con lo que se logra una emulsión perfecta. Después se enfría y moldea, quedando listo para su empaquetado.

Mil y una versiones
Los productos derivados del chocolate son muy diversos. Un amplio surtido de tabletas, entre las que se distinguen el chocolate negro puro, el extrafino, el chocolate blanco o con leche, y los rellenos de trufa, praliné, café, licor, etc. Los chocolatines, barritas y grageas se comercializan para reponer energías y aumentar el esfuerzo físico o intelectual. También se le concede un alto valor sobre los estados anímicos depresivos, porque es un potente estimulante del sistema nervioso central.

Los exquisitos bombones, popularizados por las damas francesas, se degustan a cualquier hora y existen hoy en día una multitud de combinaciones y formas, con variados rellenos, sin más límite que la imaginación.

Así pues, desde esas legendarias culturas americanas que consumían este "fruto de los dioses" y su obsequio a los conquistadores del Nuevo Mundo, el chocolate simboliza mucho más que un simple dulce. Hoy, en todo el mundo, es un suculento "placer de dioses", apetecido y valorado por las culturas que pueblan el planeta.


MEJORA LA CIRCULACIÓN ARTERIAL
Comer algunas onzas de chocolate negro cada día mejora la circulación arterial y reduce, por tanto, el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares graves, según un estudio del Hospital Universitario de Zúrich.

Los investigadores del centro hospitalario han estudiado los efectos del chocolate negro y blanco en la circulación arterial de una veintena de hombres fumadores, que están más expuestos a dolencias cardiovasculares.

Ese grupo de personas había comido dos horas antes 40 gramos de chocolate negro, con un 74 por ciento de cacao, y se les había pedido que no consumieran ningún otro alimento con propiedades antioxidantes durante 24 horas.

Los exámenes a los que fueron sometidos luego revelaron que su circulación arterial había mejorado de forma significativa, un efecto que les duró ocho horas y que contribuye a luchar contra el endurecimiento de las arterias.

Además, la actividad de sus trombocitos, responsables de los coágulos de sangre, se había reducido a la mitad, al tiempo que el nivel de antioxidantes había aumentado considerablemente, según la información facilitada por los investigadores.

Estos expertos aseguran que, aunque es necesario elaborar estudios más profundos, el efecto beneficioso del chocolate negro procede de su elevada concentración de antioxidantes, que también se encuentran en otros alimentos como las manzanas o las cebollas.

La misma prueba se llevó a cabo con chocolate blanco (con el 4 por ciento de cacao), pero no reflejó resultados destacables.

Minerales y vitaminas
El chocolate y los derivados del cacao son ricos en elementos minerales como el potasio, fósforo y magnesio.

El cacao como materia prima contiene vitaminas como la tiamina (B1) y el ácido fólico, nutrientes indispensables para el organismo, ya que son reguladores del metabolismo.

Otros componentes beneficiosos del chocolate son los elementos fitoquímicos, entre los que destacan la teobromina: aún siendo de la misma familia que la cafeína, tiene un poder estimulante poco significativo.

Por otro lado, posee polifenoles: son compuestos que contribuyen a evitar la oxidación del colesterol. Según algunas investigaciones científicas, estos componentes han sido relacionados con la prevención de los trastornos cardiovasculares y la estimulación de las defensas del organismo.

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